Andrés Sendagorta: Las empresas familiares llevan años incorporando a su actividad un profundo sentido del propósito

 

El presidente del IEF – Instituto de la Empresa Familiar, Andrés Sendagorta, ha participado en el Círculo de Bellas Artes en la presentación del informe “Cinco debates desde la ética para el futuro de España”, elaborado por Ethosfera.

En su intervención, Sendagorta ha asegurado que:

“El papel de las empresas en la mejora de nuestra vida en común como sociedad libre y democrática es un tema central que interesa muchísimo al IEF y será eje central de mi presidencia”.

“Debemos empezar a valorar en su verdadera dimensión el papel de las empresas como entes vertebradores de nuestra sociedad. Las empresas representan el principal instrumento de socialización de los ciudadanos, solo detrás de la familia. En las empresas es donde la mayor parte de nuestros conciudadanos establecen sus relaciones sociales, desarrollan su potencial y talento individual y donde se materializan buena parte de sus aspiraciones e intereses personales”.

“Yo me he educado con una reflexión muy básica sobre cuáles deben ser los pilares de una empresa: (i) hacer las cosas mejor que nadie, porque, de lo contrario, ya hay otros que lo hacen y no hay necesidad; y (ii) hacerlo con rentabilidad, porque, de lo contrario, no hay empresa”.

 “Las empresas familiares llevan años incorporando a su actividad empresarial un profundo sentido del propósito. Un sentido de pertenencia a las comunidades en las que operan”.

“Para las empresas familiares existe un compromiso ético ineludible. Los empresarios familiares nos sentimos parte integrante de nuestras empresas y no meros inversores”.

“Nuestra ambición es tener a las personas en el centro de nuestro modelo”.

“Deberíamos aspirar a un diálogo más intenso con los poderes públicos y las instituciones”.

“Nuestra ambición no es influir, sino ser escuchados. No pretendemos tener la razón en ningún tema, pero sí podemos decir que, en muchos asuntos, desde el turismo a las infraestructuras, desde lo agroalimentario a lo financiero, desde la movilidad al gran consumo, podemos aportar conocimiento real muy valioso”.

“No queremos privilegios. Queremos que se nos escuche, que se valore lo que podemos aportar para la construcción de un país más libre y próspero. Sin la aportación de nuestras empresas, nuestra democracia no puede mejorar”.