La Empresa Familiar reclama las mismas reglas del juego que sus competidores europeos

Clausurado en Pamplona el XXIV Congreso Nacional de la Empresa Familiar, al que han asistido durante tres días cerca de medio millar de empresarios

“Deberíamos evitar que surjan dificultades que impidan la consolidación, la continuidad y el crecimiento de nuestras empresas; de ahí nuestra petición para que no se pongan trabas al crecimiento, ni que las condiciones para ello sean peores que las de nuestros vecinos europeos”, reclama el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Marc Puig.

 Un estudio de Sigma Dos desvela que existe una fuerte vinculación de las personas con sus empresas: el 83% de los ciudadanos asegura que su empresa tiene mucha importancia en su vida; el 54% afirma que sus mejores amigos son sus compañeros de trabajo y más del 65% considera que en su empresa puede desarrollar su talento y crecer como persona.

 

El presidente del IEF, Marc Puig, ha abogado hoy por una alianza con los poderes públicos que permita a las empresas crecer y consolidarse, al tiempo que ha pedido que no se pongan trabas a dicho crecimiento y que las empresas españolas sigan contando con las mismas condiciones que las del resto de países europeos. Así lo ha manifestado en su discurso de clausura del XXIV Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que ha reunido en Pamplona durante dos días a cerca de 500 empresarios familiares de toda España.

Para Puig, los retos de la economía española son los mismos que los de las empresas familiares: superar la pandemia y adaptarse a las exigencias de un nuevo entorno marcado por la digitalización, el respeto al medio ambiente y el compromiso social. Para abordar esos retos, las empresas necesitan, según él, “mayor productividad y poder competir en igualdad de condiciones con empresas de otros países”. Y en este punto, el crecimiento es fundamental. Está demostrado -ha dicho-, que a tamaño similar en comparación con otros países europeos, “nuestras empresas son perfectamente competitivas. Facilitemos entonces que nuestras empresas puedan crecer”.

“Es muy fácil caer en esa filosofía falaz que alaba a la pequeña empresa para criticar a la grande. Se apoya al emprendedor, y eso está muy bien, pero no se valora lo suficiente la labor del empresario. Solo desde una masa crítica suficiente pueden abordarse los enormes esfuerzos de innovación tecnológica y de transformación de los modelos de negocio que requiere esa sociedad mejor por la que todos trabajamos. Y, puesto que perseguimos una sociedad respetuosa con el medio ambiente, inclusiva y generadora de oportunidades para todos, deberíamos poder establecer una alianza con los poderes públicos para posibilitar que nuestras empresas crezcan”, ha dicho Puig.

En su opinión, “deberíamos evitar que surjan dificultades que impidan la consolidación, la continuidad y el crecimiento de nuestras empresas. Y de ahí nuestra petición para que no se pongan trabas al crecimiento, ni que las condiciones para ello sean peores que las de nuestros vecinos europeos. Y a menudo esa es la realidad”.

Papel fundamental en la transformación de España

Puig ha recordado el papel fundamental que las empresas familiares han tenido en la transformación de España y en el despegue económico y social que ha registrado nuestro país en los últimos 30 años, coincidiendo además con la fundación del IEF. Un proceso en el que la fiscalidad tiene una importancia capital. En este sentido, el presidente del Instituto ha recordado que “uno de los elementos que en las últimas décadas ha contribuido de forma efectiva al progreso de la sociedad europea y, por tanto, de la española es un régimen fiscal, en prácticamente todos los estados de la Unión, que trata de forma distinta aquellos elementos patrimoniales afectos a actividades empresariales del resto. En España este régimen se ha consolidado a lo largo de los últimos 25 años. Se trata, en esencia, de no penalizar la tenencia de aquellos bienes que se dedican a generar prosperidad y trabajo, de no hacer nuestras empresas menos competitivas que nuestras homólogas europeas, y de no gravar la transmisión de esos bienes para evitar desmantelar empresas en funcionamiento. Nuestro modelo económico depende en muy buena medida de que nuestro modelo vigente no se deteriore”.

Respecto a la Comisión de Expertos que ha puesto en marcha el Gobierno para plantear una reforma tributaria, Puig ha asegurado que “acogemos esa iniciativa con respeto. De hecho, el IEF ha sometido al Comité sus propuestas, que se caracterizan por su moderación y su realismo. Somos muy conscientes de la necesidad de acometer políticas de consolidación fiscal para restablecer el equilibrio de las cuentas públicas. En esa tarea, cuenten con nosotros”.

En el mismo sentido, ha ofrecido la colaboración de la empresa familiar para luchar contra la economía sumergida, optimizar el gasto público y dotar de más eficiencia a los servicios del estado del bienestar que reciben los ciudadanos. “Hay enormes oportunidades de colaboración público-privada para que los españoles disfruten de mejores servicios. Atrevámonos a explorar esas vías para que cada euro pagado en impuestos y cada euro recibido en prestaciones sociales rinda con todo su potencial en beneficio de los ciudadanos. Si hay que contribuir de forma adicional a la recuperación tras la pandemia, cuenten con nosotros. Pero no caigamos en la tentación fácil de destruir nuestras estructuras empresariales para responder a urgencias coyunturales”.

Y de la misma forma, el presidente del Instituto de la Empresa Familiar ha ido categórico: “Desde nuestra voluntad de diálogo, desde nuestra demostrada neutralidad, el IEF estará siempre dispuesto a la colaboración y al esfuerzo compartido. Sin embargo, que nadie cuente con nosotros para poner trabas a las aspiraciones legítimas de nuestras empresas de seguir progresando, de seguir existiendo. Concentremos todos nuestros esfuerzos en favorecer el desarrollo de las empresas familiares. Su consolidación, su crecimiento, su éxito es sinónimo del éxito de España y del bienestar de los españoles”.

Al igual que hiciera en la inauguración, Puig ha mostrado su orgullo por el trabajo que las empresas familiares están haciendo tanto en España como en el resto del mundo, y ha lamentado que el presidente del Gobierno no haya estado presente en la ceremonia de clausura del XXIV Congreso Nacional de la Empresa Familiar. “Me hubiera gustado que lo hiciera para compartir con él nuestra labor”, ha dicho.

La revolución del impacto

La jornada de hoy, la última del Congreso, ha comenzado con la intervención de Paul Polman, ex CEO de Unilever y cofundador de Imagine. A continuación, y bajo el título “La revolución del Impacto”, ha intervenido Sir Ronald Cohen (presidente de Global Steering Group for Impact Investment), desarrollándose después una mesa redonda con Ainoha Grandes (presidenta de la Fundación SHIP2B), Teresa Guardans (cofundadora de Oryx Impact), María Herrero (socia de Transcendent) y Alejandra Mitjans (directora de Ashoka España).

La vinculación de las personas con sus empresas

En el transcurso de la sesión Gerardo Iracheta, presidente de Sigma Dos, ha presentado una encuesta en la que se analiza la imagen social de la empresa familiar. El estudio recoge una serie de conclusiones dignas de destacar. Por ejemplo, que existe una fuerte vinculación de las personas con sus empresas: el 83% de los ciudadanos asegura que su empresa tiene mucha importancia en su vida; el 54% afirma que sus mejores amigos son sus compañeros de trabajo, y más del 65% considera que en su empresa puede desarrollar su talento y crecer como persona.

El 62% de los encuestados consideran que la labor de las empresas está siendo útil para paliar la crisis provocada por la pandemia. El 90% afirma que las empresas deben jugar un papel relevante en la reconstrucción de la economía, y la mayoría de los encuestados (60%) afirman que las empresas han actuado con responsabilidad durante la pandemia. En este sentido, el 82% afirma específicamente que su empresa tomó las medidas adecuadas para garantizar la seguridad de sus empleados. La inmensa mayoría de la gente no tuvo problemas durante el confinamiento con los suministros dependientes de las empresas privadas (como energía, internet, alimentación, etc.) ni con el cobro de sus nóminas. Por el contrario, la mayoría -entre el 58% y el 75% según los casos- manifiesta haber tenido problemas para realizar gestiones con servicios públicos diversos (centro de salud, ERTES, Sepes, gestiones varias). El 63,7% ha tenido problemas para cobrar prestaciones.

En la valoración del desempeño durante la pandemia, la Administración saca un aprobado raspado (5,16 puntos sobre 10, suspendiendo en varios segmentos de edad y de intención de voto); las grandes empresas obtienen un bien (6,30, aprobando en todos los segmentos de edad y de voto), mientras que las pymes obtienen un notable (7,39 y aprueban en todos los segmentos).

Tras la presentación de la encuesta, y ya en la recta final del Congreso, ha tenido lugar un diálogo entre Sol Daurella (presidenta de Coca-Cola Europacific Partners) y Eloy Planes (presidente de Fluidra), que hablaron de crecimiento, moderados por Juan Manuel Cendoya (vicepresidente de Santander España). El último panel ha estado centrado en el tema de la diversificación, con la participación de Jorge Gallardo Piqué (presidente de Hospitales Vithas) y Juan March, presidente de Banca March, con la moderación de José Luis Blanco, director general ejecutivo del IEF.

Tras la clausura, a cargo del presidente del IEF, Marc Puig, se ha anunciado que el próximo Congreso Nacional de la Empresa Familiar, el número XXV, tendrá lugar en Cáceres