La empresa familiar advierte que sin confianza y estabilidad peligran el crecimiento económico y la sostenibilidad del sistema de protección social

En el acto de apertura del Congreso participaron el presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el presidente de KPMG en España, Hilario Albarracín, el consejero delegado de Santander España, Rami Aboukhair, y el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Ignacio Osborne.

En su intervención, Ignacio Osborne hizo un repaso al cuarto de siglo transcurrido desde el nacimiento del IEF, un periodo en el que España ha sufrido una profunda transformación económica y social, a la cual han contribuido de manera determinante las empresas familiares. También ha habido momentos malos, aunque ahora, en su opinión, la situación económica ha mejorado y se ha recuperado la confianza.

 

La importancia de las reformas

“Cuando se llevan a cabo las reformas adecuadas –dijo Osborne-, las empresas respondemos, invertimos y creamos empleo” y recalcó este último punto, con insistencia: “Sí, somos las empresas las que creamos empleo. Las que existimos desde hace años y las de nueva creación. Muchas veces se habla en abstracto y se dice que se han creado 500.000 empleos, y no se han creado solos; los hemos creado las empresas gracias a que han mejorado las condiciones en las que trabajamos”.

En este mismo sentido, destacó la importancia de contar con “un buen marco de relaciones económicas, legales y administrativas que generen seguridad y confianza para poder invertir a largo plazo” y para ilustrar esta aseveración puso el ejemplo del árbol que sirve de símbolo al IEF: “Una empresa es igual que un árbol; si no cuenta con las condiciones adecuadas, es imposible que crezca. Y cuando no crece, normalmente no da frutos y acaba muriendo”.

“Las empresas –dijo- somos la piedra angular de la economía, las que hacemos que la economía crezca, las que creamos empleo, las que generamos ingresos para la Administración Pública y las que permitimos garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema de protección social. Y sólo pedimos que se nos escuche, para poder explicar mejor cómo funciona la economía real, en un mundo cada vez más competitivo”.

 

Valores vigentes 25 años después

Osborne hizo también referencia a los valores que inspiraron hace 25 años la fundación del Instituto, hoy plenamente vigentes, y que “son los mismos que nos enseñaron nuestros padres y nuestros abuelos: el esfuerzo, la constancia, la ética, la disciplina, la austeridad, la asunción de riesgos, o el compromiso con el entorno social y el territorio”. Todos ellos, dijo, “deberían ser los mismos ahora y dentro de otros 25 ó 100 años. La estabilidad en valores, igual que la estabilidad económica, genera confianza y contribuye a construir una cultura empresarial imprescindible para el progreso y el bienestar social”.

El presidente del IEF se refirió también a la situación de inestabilidad que vive Cataluña en estos momentos, y lo ha hecho usando a la ciudad de Toledo como referencia. En su opinión, no hay ningún sitio como la capital de Castilla-La Mancha, para hablar de diálogo. “Si Toledo simbolizó durante muchos años la armonía y tolerancia entre diferentes culturas, la Constitución es hoy, después de cuarenta años, el mayor símbolo de convivencia en nuestro país”, dijo.

“Los empresarios sostenemos que la incertidumbre es el peor enemigo del desarrollo económico. Tenemos las herramientas, las normas y los foros para el diálogo, para escuchar, para explicar los diferentes planteamientos políticos y para llegar a consensos. Estas normas, este marco legal, son las que nos han permitido avanzar y progresar, porque la seguridad jurídica es uno de los grandes pilares sobre los que se asienta la confianza”, señaló Osborne.

En su opinión, además, se trata de una cuestión de voluntad. “Las empresas familiares, a lo largo de su historia, convivimos con un adjetivo, difícil, y no nos gusta la gente que se excusa en otro adjetivo, imposible”, dijo.

Osborne recordó que “el Instituto, desde su creación, ha dado siempre su opinión independiente a todos los partidos políticos relevantes”. Y en este sentido, concluyó con un nítido llamamiento dirigido a estos mismos partidos políticos: “El IEF siempre les ha insistido en la necesidad de buscar consensos y amplios acuerdos políticos en aquellas cuestiones de especial interés para el país. Nosotros y nuestras empresas les ayudaremos en todo lo que podamos, pero España necesita una solución política estable cuanto antes”.

 

Innovación para un futuro humano

Aparte de la ceremonia inaugural, el programa de la primera jornada del XX Congreso Nacional de la Empresa Familiar se abrió con la conferencia “Innovación para un futuro humano” a cargo de Cristina Garmendia, presidenta de la Fundación Cotec, presentada por Aurelio Vázquez, presidente de la Asociación de la Empresa Familiar de Castilla-La Mancha.

La jornada continuó con el dialogo entre Howard Schultz, presidente de Starbucks, y Plácido Arango, presidente del Grupo Vips. La sesión vespertina incluye la ponencia “25 años: ¡cómo hemos cambiado!”, protagonizada por el humorista Carlos Latre.

El segundo diálogo empresarial que cerró la primera jornada del congreso estuvo protagonizado por Alexandre Ricard, presidente de Pernod Ricard, e Ignacio Osborne, presidente del Instituto de la Empresa Familiar y del Grupo Osborne.

El martes 2 de octubre se celebró la última sesión del Congreso, culminada con el discurso de clausura pronunciado por Ignacio Osborne, en el que señaló que “la historia de estos 25 años demuestra que el Instituto de la Empresa Familiar es un proyecto consolidado, que se ha ganado el respeto generalizado tanto por el nivel de sus socios como por el tono prudente y dialogante de sus planteamientos y propuestas”.

“El IEF –recordó Osborne- nació en 1992 de la mano de 40 socios fundadores que buscaban poder explicar el papel fundamental de la empresa familiar en la economía y el bienestar del país”. Hoy, el Instituto cuenta con más de cien miembros, que dan empleo a más de un millón de personas en todo el mundo y con una facturación equivalente al 17,5% del PIB, que se eleva al 27,5% si se suman las compañías que forman parte de las Asociaciones Territoriales de Empresa Familiar repartidas por toda España.

 

La incertidumbre frena el desarrollo

Para Osborne, una de las principales lecciones aprendidas en estos años es que la estabilidad, tanto económica como política, “es uno de los principales activos de un país”. En su opinión, “no podemos poner en peligro una estabilidad que se ha conseguido en gran medida gracias al diálogo”. La inestabilidad “genera incertidumbre y la incertidumbre frena el desarrollo”, sentenció.

Siempre que nuestro país ha pasado por dificultades, algunas muy graves, ha sido, según el presidente del IEF, “por incurrir en graves desequilibrios que nos han impedido generar credibilidad y han limitado nuestra financiación y nuestra capacidad de invertir”.

“Una economía equilibrada es una economía sana”, dijo Ignacio Osborne. Para alcanzar esta situación de equilibrio resultan fundamentales las reformas, tal y como se ha puesto de manifiesto durante la crisis. Y en este sentido, consideró que para profundizar en las reformas ya realizadas y abordar las que todavía están pendientes es imprescindible “tener amplitud de miras y liderazgo para llegar a acuerdos políticos”. Porque “cuando se ha apostado por las reformas, los resultados han sido prácticamente inmediatos”.

 

Más de medio millón de empleos creados por las empresas

El presidente del IEF recordó que llevamos ya 14 trimestres consecutivos de crecimiento, que la confianza económica se encuentra en máximos, por encima incluso de los niveles previos a la crisis, que el PIB español crece a un ritmo superior al 3% y que las empresas han creado más de 500.000 empleos en el último año.

Los datos constatan que “cuando las empresas tienen un entorno competitivo, responden, invierten y crean empleo”, señaló Osborne, al tiempo que recordó que el establecimiento de un marco económico, financiero, fiscal e institucional que ayude a potenciar la competitividad de nuestras empresas es sinónimo de bienestar. “La calidad de la sanidad, de la educación o de las infraestructuras depende, en gran medida, de la capacidad de las empresas para crecer, crear empleo y  generar recursos públicos”, aseguró.

Uno de los factores que condiciona de manera más determinante el crecimiento empresarial es la calidad del capital humano. “Los niveles de educación y formación determinan, sin ninguna duda, la capacidad de un país para crecer, su productividad, los salarios, e incluso la estabilidad del empleo”, dijo el presidente del IEF, quien señaló, tajante, que “no podemos permitirnos una tasa de desempleo juvenil del 40% si queremos crear futuro, como dice el lema de nuestro Congreso”.

De esta manera, la formación se convierte, al igual que el crecimiento empresarial, en uno de los ejes principales de la hoja de ruta del IEF para los próximos años, tal y como señaló durante la sesión de la mañana del Congreso el director general del Instituto, Juan Corona, quien presentó el avance del informe sobre Formación, Talento y Empleo, que está ultimando el IEF y que será publicado próximamente.

“¿Hay un 40% de desempleo juvenil porque no hay demanda o hay un 40% de desempleo juvenil porque la oferta no se adecúa a las necesidades de las empresas?”, se preguntó Osborne. Según el avance del estudio, uno de los principales problemas de las empresas hoy es encontrar personal cualificado. “¿Cómo es posible que en un país con un 40% de desempleo juvenil los empresarios tengan problemas para encontrar personas con los perfiles adecuados?”, volvió a interrogarse.

 

Formación profesional dual

La propuesta del IEF pasa por apostar por modelos de colaboración entre la Administración y las empresas para incorporar a los jóvenes a estas. Alemania ya lo hace. 440.000 empresas colaboran en programas de formación, y su desempleo juvenil es del 7%. “Ya tenemos referencias por tanto, y la formación profesional dual es un gran ejemplo por el que debemos apostar si queremos resolver uno de los grandes problemas económicos y sociales de este país”, dijo Osborne.

Igualmente, señaló que “hay que facilitar la incorporación de los jóvenes al mercado laboral cuanto antes, porque sabemos que una de las grandes razones que explican la falta de cualificación es la falta de experiencia. Es un círculo vicioso en el que los jóvenes no trabajan por falta de experiencia y no tienen experiencia porque no trabajan”.

“Las empresas –dijo el presidente del IEF- podemos aportar mucho en la formación de nuestros jóvenes, y es parte de nuestra responsabilidad. Hay que seguir creando empleo porque todavía tenemos una tasa de desempleo inaceptable, pero hay que crear empleo cada vez de mayor calidad. Invertir en formación es crear futuro, como dice nuestro lema. Para ello, una vez más, necesitamos un buen marco regulatorio, sencillo y eficaz, que facilite nuestra participación en estos programas de formación y que nos permita aportar nuestra experiencia práctica a los más jóvenes”.

 

Siete reformas educativas en 35 años

Osborne, al igual que ya lo hicieran algunos de sus predecesores en la presidencia del IEF, reclamó un Pacto de Estado por la Educación, cuyo contenido sea elaborado por un grupo de expertos profesionales independientes, que cuente con la opinión de todos los agentes implicados, que sea consensuado por todas las fuerzas políticas “y que ponga fin al sinsentido de siete reformas educativas en los últimos 35 años”.

El presidente del IEF concluyó su intervención señalando que una de las grandes diferencias entre las empresas familiares y las no familiares es que “para nosotros nuestro negocio es un modo de vida. Nos jugamos nuestro patrimonio y hacemos partícipes del proyecto a la familia y al entorno, lo cual explica gran parte de nuestra naturaleza: la visión del largo plazo, la prudencia, la austeridad, el apego al territorio, el espíritu de sacrificio y el compromiso. Somos parte del patrimonio cultural y empresarial y es algo que empieza a ser reconocido socialmente. Esperemos que los próximos 25 años sean, al menos, tan fructíferos como éstos, y que las nuevas generaciones puedan seguir aportando su experiencia en la buena marcha de la economía y en el bienestar de este país”.

La clausura del Congreso estuvo precedida por un coloquio entre Mariano Puig, ex presidente de Exea Empresarial y uno de los fundadores del Instituto de la Empresa Familiar, e Ignacio Osborne, que hicieron un repaso a los 25 años de la historia del IEF.

Tras esa intervención, tuvo lugar la mesa redonda “La empresa familiar: un compromiso con el crecimiento” en la que intervinieron María Helena Antolín, vicepresidenta de Grupo Antolin, Rosa Tous, vicepresidenta de Joyería Tous, y Manuel López Donaire, Consejero Delegado de Delaviuda Confectionery Group, moderados por la periodista Isabel San Sebastián.