La empresa familiar, en su identidad como empresa, presenta las mismas características que cualquier otra compañía.

La diferencia esencial de la empresa familiar
reside en su íntima conexión con un grupo familiar
que posee una influencia directa en su gobierno y gestión

Las decisiones sobre expansión, crecimiento, internacionalización, formación o innovación están en gran medida ligadas a dos realidades, familia y empresa, que conviven y se coordinan a través de las diferentes normas, principios, órganos y procedimientos que constituyen el gobierno corporativo y familiar.

La estabilidad y la confianza se convierten en elementos esenciales en la toma de decisiones empresariales y en la transmisión de la cultura empresarial a través de la familia.

Su vocación de permanencia y la visión de largo plazo explican algunas de sus principales características diferenciadoras:

  • Las compañías familiares llevan en su ADN la vocación de ser transmitidas a las siguientes generaciones. El principal objetivo estratégico de las empresas familiares es “garantizar la supervivencia de la empresa”, por delante de la obtención de beneficios que suele caracterizar a las empresas no familiares.
  • La dimensión humana de las empresas familiares, que se refleja en su preocupación y compromiso con la propia empresa y con su entorno es otra característica diferencial. La empresa está vinculada a un apellido, lo que supone un plus de responsabilidad, de credibilidad y confianza. A ello se une un profundo sentimiento de pertenencia y arraigo a su lugar de origen. De esta forma, se entiende, por ejemplo, que el 90% de las empresas socias del Instituto de Empresa Familiar realicen actividades filantrópicas y que el 43% tenga una fundación propia.
  • Su compromiso con el empleo es destacable, manteniendo en lo posible a sus trabajadores aunque sea a costa de perder competitividad y rentabilidad, siendo así capaces de sobrevivir con niveles de productividad menores. Según indican los datos recogidos en el estudio Factores de Competitividad el umbral de nivel de productividad para cerrar una empresa no familiar es más alto que en una empresa familiar (en torno a un 50% más alto).
  • Autofinanciación. La familia compromete su propio patrimonio en inversiones que conllevan un riesgo. El ahorro familiar es la principal o una de las principales fuentes de financiación de esas compañías. Este hecho explica que el 60% de ellas no reparta dividendos, tal y como puso de manifiesto nuestro reciente informe sobre Factores de Competitividad, optando por la reinversión directa en la propia empresa. En el mismo estudio se recogen datos que confirman que en las sociedades familiares, aproximadamente la mitad de las inversiones se están financiando con recursos no exigibles, lo que muestra el compromiso de los propietarios por mantener la financiación de las empresas con sus propios recursos
  • La mayor antigüedad relativa, como consecuencia de los puntos anteriores, la mayor antigüedad es otra de las características diferenciales de la empresa familiar española. Su longevidad es especialmente alta (33 años), muy por encima de la antigüedad promedio del conjunto de las empresas españolas (en torno a 12 años), según el Directorio Central de Empresas que elabora el INE.

Como consecuencia de estas características se explican los valores que definen y diferencian a la empresa familiar y que tienen su reflejo en el comportamiento y la gestión empresarial.